Durante todo el año los duendes de Papa Noël fabrican juguetes para los niños mientras Papa Noël va leyendo las cartas que estos le envían.

Esta tarea les lleva tanto tiempo que ni los duendes ni Papá Noël les da tiempo a comprobar que niños son buenos y cuáles no. Pero Papá Noël siempre guarda un as en la manga. Una llamada a los Reyes Magos y Carbonilla, en un pis-pás, se presenta en la casa de Papá Noël con la lista de los niños que no se portan bien.

Para Nochebuena todo está listo. Los duendes cargan los juguetes en el trineo y Papá Noël se monta en él.

– Rodolfo,- le dice Papá Noël al reno de la nariz roja.- Ya sabes el camino asi que… ¡Adelante!

Los renos empiezan a correr y el trineo se eleva por los aires para que, sólo en una noche, les dé tiempo a repartir los juguetes por todo el mundo.